Divinas palabras / Producciones Faraute

Sábado 20 de julio, 20.30h - TEATRO
Duración aprox. 110 min.
DIVINAS PALABRAS, subtitulada Tragicomedia de aldea, es el exponente más moderno, el engranaje más perfecto y el cénit en el que el teatro español alcanza su máximo nivel, hoy en día aún no superado.
Butaca: 24€ / Entresuelo: 22€ / General: 15€
A través de un lenguaje de tono exuberante, inventado, mezcla de
expresionismo e impresionismo, se transforma en algo poético de una
belleza insuperable, consiguiendo que la prosa se convierta en música.
Con una modernísima visión del concepto teatral, donde los espacios se multiplican. Y donde el realismo, el esperpento, lo arcaico o lo esotérico se mezclan, produciendo un autentica borrachera de imágenes. Todo ello unido a los comportamientos y emociones de más de una cincuentena de personajes - sórdidos y miserables-que nos envuelven, nos revuelven y nos hacen pensar.
Una obra claramente agresiva, a veces brutal. Inmersa en las raíces de un pueblo que, sin perder su pasión, se comporta con el instinto y no con la razón. Un instinto deformado que lleva a cometer acciones inimaginables y que corroen los pilares de una sociedad burguesa, retrógrada y castradora. Y todo ello a través de un acidísimo humor negro.
Desde el concepto de la familia, reflejada como una unión forzada que se usa como tabla de salvación, al concepto del dinero como único y auténtico dios que todo lo domina. Desde una miseria social y moral, al concepto de orden establecido, corrupto y mezquino. O hasta los miedos más profundos de la ignorancia. Y, dominándolo todo, la religión: el gran escudo, la gran mentira que, como un enorme agujero negro, todo, absolutamente todo, lo traga, lo digiere y lo domina.
El texto es la culminación del ciclo mítico de Valle Inclán con una estética muy cercana a los esperpentos. Lo trágico, lo dramático, lo cómico y lo grotesco se aúnan en esta tragicomedia. Donde es evidente la influencia de Goya y sus Pinturas Negras, de los Disparates, de los horrores de la guerra. Y también evidente la in-fluencia de Solana, Dalí y de toda una corriente española que llega hasta nuestros días -con Buñuel a la cabeza- en una auténtica sinfonía de colores, sonidos y sentimientos
Esta inigualable obra de la literatura española está habitada con imágenes ancestrales de muerte, fanatismo, ingenuidad, barbarismo, codicia, avaricia y lujuria. Pero, sobre todo, de esa enorme fuente esencial, siempre reprimida, siempre oculta, siempre condenada y tantas veces prohibida: la sexualidad en libertad.
Con una modernísima visión del concepto teatral, donde los espacios se multiplican. Y donde el realismo, el esperpento, lo arcaico o lo esotérico se mezclan, produciendo un autentica borrachera de imágenes. Todo ello unido a los comportamientos y emociones de más de una cincuentena de personajes - sórdidos y miserables-que nos envuelven, nos revuelven y nos hacen pensar.
Una obra claramente agresiva, a veces brutal. Inmersa en las raíces de un pueblo que, sin perder su pasión, se comporta con el instinto y no con la razón. Un instinto deformado que lleva a cometer acciones inimaginables y que corroen los pilares de una sociedad burguesa, retrógrada y castradora. Y todo ello a través de un acidísimo humor negro.
Desde el concepto de la familia, reflejada como una unión forzada que se usa como tabla de salvación, al concepto del dinero como único y auténtico dios que todo lo domina. Desde una miseria social y moral, al concepto de orden establecido, corrupto y mezquino. O hasta los miedos más profundos de la ignorancia. Y, dominándolo todo, la religión: el gran escudo, la gran mentira que, como un enorme agujero negro, todo, absolutamente todo, lo traga, lo digiere y lo domina.
El texto es la culminación del ciclo mítico de Valle Inclán con una estética muy cercana a los esperpentos. Lo trágico, lo dramático, lo cómico y lo grotesco se aúnan en esta tragicomedia. Donde es evidente la influencia de Goya y sus Pinturas Negras, de los Disparates, de los horrores de la guerra. Y también evidente la in-fluencia de Solana, Dalí y de toda una corriente española que llega hasta nuestros días -con Buñuel a la cabeza- en una auténtica sinfonía de colores, sonidos y sentimientos
Esta inigualable obra de la literatura española está habitada con imágenes ancestrales de muerte, fanatismo, ingenuidad, barbarismo, codicia, avaricia y lujuria. Pero, sobre todo, de esa enorme fuente esencial, siempre reprimida, siempre oculta, siempre condenada y tantas veces prohibida: la sexualidad en libertad.
Con Divinas Palabras
estamos ante una de las dos o tres obras más universales de nuestra
historia literaria. Una obra que no ha perdido en este siglo XXI ni un
ápice de su poder corrosivo.
Intérpretes:
Ana Marzoa
María Adánez
Carlos Martínez Abarca
Alberto Berzal
Consuelo Trujillo
Diana Palazón
Chema León
Luis Rallo
José Luis Santar
María Heredia
Javier Bermejo
Dirección y adaptación: José Carlos Plaza
Ayudante de dirección Montse Peidro
Audiovisuales Pulse Creativa, A. Mateos, Viridiana Galindo
Vestuario Pedro Moreno
Creación musical Mariano Díaz
Escenografía e iluminación Paco Leal-J Ruíz
Ana Marzoa
María Adánez
Carlos Martínez Abarca
Alberto Berzal
Consuelo Trujillo
Diana Palazón
Chema León
Luis Rallo
José Luis Santar
María Heredia
Javier Bermejo
Dirección y adaptación: José Carlos Plaza
Ayudante de dirección Montse Peidro
Audiovisuales Pulse Creativa, A. Mateos, Viridiana Galindo
Vestuario Pedro Moreno
Creación musical Mariano Díaz
Escenografía e iluminación Paco Leal-J Ruíz